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- Nueces y ruido
(18.01.04)
Y desapareció escondida al amanecer
Buscando entre abrigos tullidos
Un par de buenos motivos
Para no tener que volver
Es un ángel sombrío vuelto del revés
Al que le gusta volver asturiana a eso de las tres
Con color de silbido de “perro a casa”
De perfume letal de belleza en lata
Encendía un pitillo casi asombrada
Con el viento de cara, vela apagada
Sólo sé que no vino para quedarse
Dormida por siempre en mi sofá...
Sólo sé que no vino y no vendrá...
Se marchó mi pupitre, mi sinrazón
Mi teléfono antiguo, las gafas de Roy
Mis películas negras, los blancos latidos
Las noches de luces, las sombras de niños
La sonrisa perfecta de un maniquí, el saludo olvidado: “ya están aquí”
La amistad carroñera, whisky que no espera
El abrazo de amigo, de víbora en vino
De peras con olmo... de nueces y ruido
Y volvió a su rincón de elegantes aullidos
En blanco y en negro, en silencio, ruido.
De rumor frenesí el eco de su voz
Desgranando las horas así repetido.
Buscando los discos que regaló
Una necia belleza a este mendigo
Sólo sé que no vino para quedarse
La rancia espera en mi sofá
Sólo sé que no hay vino y no vendrá...
Se marchó un colibrí, un sinfín de un halcón
Un cartel reservado el derecho de admisión
Mis canciones perdidas, de hojas de nata
De guitarras en bazar de cosas baratas
De carpetas inmundas, de beatles cansados
Un pianista inglés entonaba un fado
De cortinas rasgadas de ceniza enlatada
De peras con olmo, de nueces con ruido
Se marchó mi pupitre, mi sinrazón
Mi teléfono antiguo, las gafas de Roy
Mis películas negras, los blancos latidos
Las noches de luces, las sombras de niños
La sonrisa perfecta de un maniquí, el saludo olvidado: “ya están aquí”
La amistad carroñera, whisky que no espera
El abrazo de amigo, de víbora en vino
De peras con olmo... de nueces y ruido
Del rincón del guerrero... de mi cama-nido
Mi sinfín de recuerdos, mi rumbo perdido
Mi rincón del guerrero, de nueces y ruido