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Paul conoce a John 6/7/1957


Una banda de música skiffle local llamada The Quarrymen actuaba en la fiesta de verano de la St. Peter's Parish Church en Woolton - Liverpool - el sábado 6 de julio de 1957.

Entre el público, un chaval de 15 años llamado Paul McCartney escucha asombrado la música del grupo liderado por un jovencísimo John Lennon que interpreta, entre otras canciones, "Puttin' on the Style" y "Baby let's play house"

El día que la música cambió para siempre, sonó así:



Conversaciones en el tren



Después de un largo y agotador día de trabajo, un señor se sentó en el asiento de su tren y cerró los ojos.

Cuando el tren salía de la estación, la mujer que estaba al lado sacó su móvil y empezó a hablar bastante fuerte:


- “Hola mi amor, soy Susi, estoy en el tren… 
Siii, ya sé, estoy en el de las seis y media.
No tomé el de las cuatro y media porque estuve en una reunión muy larga...
Nooo, con Leandro de Personal no; estuve con mi jefe...
Nooo, mi amor, eres el único en mi vida...
...sí mi amor, te echo tanto de menos cariño, bla, bla, bla....".


15 minutos después, la mujer seguía hablando y hablando...


El señor, harto de oírla, se acercó a ella y con voz clara dijo cerca de su móvil:


Susi, apaga el teléfono y vuelve a la cama


(Susi nunca más usó el móvil en lugar público...)


Fuente: Internet
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Queenie Eye

Lo nuevo de Paul McCartney (para el 14 de octubre de 2013) demuestra que se puede ser probablemente el icono de la cultura popular más importante del siglo XX y pegar con mucha fuerza en el siglo XXI.



Un puñado de creaciones que están sonando infinitamente y que son administradas con cuentagotas (sólo hemos podido escuchar cuatro canciones), apoyadas con una serie de acciones sorprendentes creadas en redes sociales (quedadas en Nueva York y Los Ángeles para que los 400 primeros coches que aparezcan en el lugar indicado puedan sintonizar una emisora en el vehículo donde se podrá escuchar el álbum entero, bares tuneados con el magnífico logo del disco, conciertos en plena calle en Beverly Hills, rediseño de los banners de la página oficial en facebook a cargo de los fans, entrevistas con los followers en twitter, etc.) y producidas por profesionales del oficio y de la venta (cuatro productores en total que han trabajado con Amy Winehouse, Rihanna, etc. entre ellos el hijo del eterno productor beatle George Martin).

No sé si Paul McCartney piensa en retiradas - se rumorea que tras la siguiente gira él mismo ha dicho que no puede ir por el mundo con 70 tacos haciendo shows rock de tres horas - pero si, en este entorno, nos va regalando estas joyas, que siga. Hasta el infinito.

Aquí va Queenie Eye, una canción enorme de un McCartney muy distinto pero con el sabor al  McCartney de siempre.




La #ViaCatalana


Principio de simplificación y del enemigo único.

Adoptar una única idea, un único símbolo. Individualizar al adversario en un único enemigo.

Principio del método de contagio.

Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.

Principio de la transposición.

Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

Principio de la exageración y desfiguración.

Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave.

Principio de la vulgarización.

Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada y su comprensión escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

Principio de orquestación.

La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas. De aquí viene también la famosa frase: "Si una mentira se repite lo suficiente, acaba por convertirse en verdad".

Principio de renovación.

Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.

Principio de la verosimilitud.

Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones fragmentarias.

Principio de la silenciación.

Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, también contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.

Principio de la transfusión.

Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.

Principio de la unanimidad.

Llegar a convencer a mucha gente de que piensa "como todo el mundo", creando una falsa impresión de unanimidad.


(Goebbels - Los once principios de la propaganda)

SAW

No he visto ninguna de las películas de la serie Saw. De hecho, creo que no las veré jamás. Pero, gráficamente, me parecen una obra maestra los carteles que las anuncian.

Saw I

Saw II

Saw III

Saw IV
Saw V

Saw VI

Saw VII






Tóxico


Eres tóxico. Creo que todavía no lo sabes, pero eres muy tóxico. Enarbolas banderas extrañas, basadas en nosequé, creyendo oxigenar y en realidad eres tóxico. Verdaderamente tóxico.

No me creo tu defensa de los derechos ni tu falsa pose para ayudar a los más desfavorecidos. No me creo tu supuesta solidaridad. De hecho no te la crees ni tú. Se esfuma todo en ese minuto antes de cerrar los ojos por la noche y en el que te ves tal y como eres de verdad. Y no consigues dormir bien aunque digas que sí.

Sabes que ser tóxico está de moda. Lo vistes con otra marca, pero está de moda. Está, de hecho, hasta en la sopa. Y se viste de democracia. Y llama anti demócrata a todo aquél que no baile a su compás. Esa es tu democracia tóxica, esa es tu igualdad desigual.

Porque la democracia es muy guay hasta que te toca los cojones. Entonces no mola tanto. Entonces ya no somos tan iguales. Y me vendes la idea de que tu democracia - la de los tóxicos - es la única verdadera y que, si se ve obligada a ridiculizar todo aquello que no sea de su cuerda, es porque en realidad nos salva, y si no, me dices que mire cómo es capaz de organizarse espontáneamente para ocupar plazas y avenidas y difundir la verdad democrática.

Y miras la cantidad de amiguetes que están a tu lado a las maduras (nunca a las duras) y parece que eso sea un argumento definitivo. Cuando en realidad parece una clase de gimnasia de dinosaurios emporrados.

Eres demócrata, sí, pero eres tóxico. Muy tóxico. Intoxicas por medio de falsas promesas, de falsas solidaridades, de echar siempre la culpa al otro, de considerar que hay gente mejor o peor, gente que merece vivir. Incluso gente que ni es gente porque no tiene cara, todavía. Porque ese - al que no ves - te molesta, porque crees que te va a molestar, porque crees que no merece vivir en este mundo tan jodido. Porque lo haces por él. Porque le estas ahorrando sufrir. Porque cada minuto de sufrimiento de TU vida no merece ser vivido por SU vida. Y, mientras, pasa otro minuto en este jodido mundo. Y otro. Y tú sigues. Y él ya no.

No me gustan tus movidas. Porque intoxicas, porque eres un zombie, un muerto viviente, un gaseoso. Porque te caes con todo el equipo, porque nada te aguanta. Porque hablas de tonterías mundanas y pones a parir a todo el que intenta profundizar. Porque has decidido mandar a tomar viento todo lo recorrido hasta ahora. Porque te agarras a un clavo ardiendo.

Porque eres tóxico. Aunque creas que no. Eres muy tóxico.

Pasarás de moda. Pasarás sin pena de gloria. Tu vida se resumirá en una serie de intoxicaciones. Banales, etéreas y melífluas. Y generalizadas.

Pero recuperaremos el terreno. En lo personal, en lo político y, por supuesto, en lo social. Sólo hay que esperar. Cuanto más subas, mayor será el lechón que te metas.

Sólo espero que el daño que haces a todos no sea irreversible.

Y recuerda: lo tóxico, si es gaseoso, se hace irrespirable. Pero acaba pasando y desaparece.







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Huevos

A quien parió estas dos ideas publicitarias, a quien creó la gráfica, a quien ideó el texto, al que dio el ok a todo en la agencia...

Y al cliente que compró la idea...

Les auguro un negro futuro en todas sus actividades. Manda huevos.

Delito 1:


Delito 2:



Borrachos de hotel



En el hall del hotel, en esta noche, hay gente tomando copas. Hablan de estupideces, con cierta actitud anodina, con cierta mirada de desdén, como si alguien les hubiera abandonado - los hubiera apoyado - en el canto de la barra. Hay gente que apenas sabe respirar - porque eso viene de serie, es un acto reflejo - pero son artistas del licor.

Mendigan una palabra, una mirada, un algo que tuerza la noche, que los lleve por otros derroteros... mucha peli llevan encima, mucho James Bond de cercanías en la retina para beber algo que no recuerdan, mezclado, no agitado o lo que sea, total, acabará desparramado en el gaznate o en el suelo. Buscan un rescate de verdad y el cuello de su camisa está en plena arruga, en perfecto desequilibrio y medio doblado, pillado entre la  mano y la barbilla que aguanta la mandíbula.

Buscan un anzuelo que, a sus más de cincuenta, pueda evitarles subir a la habitación y encontrarse con ellos mismos, en el espejo que hace de puerta del armario, en el que se miran con cara amenazadora, reflejo al que reprochan algo, ininteligible por supuesto.

No parece un comercial de empresa en viaje de negocios. Parece dos. Igual que la resaca de mañana. Esa, pero por dos

Nos vemos mañana en el desayuno, Mezclado, no agitado.





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Las enumeraciones y los titubeos


© JotDown

La enumeraciones, como los titubeos, se quedan en la memoria de la gente, hasta que se demuestra lo contrario. Y vi a Risto demostrarlo en su apología de la rareza, esa charla informativa mezclada con entretenimiento, enmarcada en el proyecto #Instint que han ideado Andreu Buenafuente y Albert Om. Se están hinchando a vender y eso, en esta época, es un milagro. Ni los conferenciantes – a pares, siempre: Risto & Corbacho, Buenafuente & Ferran Adrià, o próximamente Évole y Ana Pastor – van en pantalón corto detrás de una pelotita ni son beliebers. Son, repito conferencias a 10 euros la entrada.

Pues eso, que pude ir a ver a Risto hacer su apología de la rareza, apología perfectamente elaborada, digna, directa y sin titubeos, y ejecutada junto a un excelente alivio cómico personificado en José Corbacho.

Sobre el escenario, de negro riguroso y con apoyo audiovisual – más de diez diapos rebajan el sueldo, me dijo una vez él mismo – nos dio Risto a la audiencia un repaso sobre la marca personal, la creatividad – oportunismo – el ingenio y la honestidad, que ya quisieran escuchar muchos. Todo revestido, además, con ese aroma del “en vivo y en directo” que debería llenar un buen teatro noche tras noche.

Dice Risto que no es amigo de curriculums, que apuesta por el atrevimiento. Que tendremos que agradecerle el hecho de que nos haya librado de cientos de frikis y de triunfitos. Que gente como Mou, House o los anuncios de Olivero Toscani para Benetton son puras expresiones de honestidad que basan su honesta molestia, su honesta rareza, en honestos productos para honestas ventas. Lo subrayo.

La enumeración, a lo que iba, como los titubeos, se quedan en la memoria de la gente, hasta que se demuestra lo contrario. Lo aprendí hace un tiempo porque algunos amigos pedían de vez en cuando unas palabras en algunos momentos de esos inolvidables. Y observaba yo cómo se defendía la gente. Comprendí que si enumeras una serie de premisas, ideas o palabras, la gente las capta, las memoriza, y las hace, en parte, suyas. Y suele funcionar. Y eso es lo que vi en esa apología de la rareza de Risto. Siete ideas fundamentales que, en esencia, ayudan a funcionar por el mundo. Casi nada. Siete ideas violentas contra la mediocridad, conflictivas con la insulsez y enfrentadas con la apariencia. Un discurso como el que me gusta a mí: con planteamiento, nudo y desenlace.  Siete ideas que demostraron que los titubeos que este publicista mostró en su primera operación triunfo han sido fulminados a base de crear una fortaleza basada en lo raro. Nada más. Infalible.

Algunas cosas me sobraron - todo menú casero necesita tener sobras para admirar el plato principal – y a otras las eché de menos.  Pero la puesta en escena, el manejo de la audiencia, la rapidez ante las preguntas o el constante golpeteo al hígado de la estupidez humana, elevan las palabras a la categoría de gran discurso  y se convierten en acicate para salir motivado. No creo que sea un speech que lleve al subidón, y eso es un acierto. Es un “majo, ajústate los machos porque ahora te toca luchar así”.

La enumeración, y lo digo por tercera vez, como los titubeos, se queda en la memoria de la gente hasta que se demuestra lo contrario. Y en este caso concreto, esta enumeración queda grabada en la mente y, de paso, se carga, como un acordeonista callejero se carga “La violetera”, o sea, de un plumazo y sin complejos, el titubeo de todo aquél que no sabe muy bien qué hacer.

Así que, despojado del titubeo, y con las siete premisas más o menos aprendidas  - espero y supongo que con fecha de caducidad – empiezo a enumerar las veces que le tendré que dar las gracias a Risto por su apología de la rareza. 


Cuando todo el mundo habla bien de ti



Cuando todo el mundo habla bien de ti.

Cuando caes bien. Siempre caes bien. Y los que te conocen dicen que sí, que tú caes tan bien porque eres lo que pareces.

Cuando has trabajado en radio, televisión, cine, teatro y todo lo has hecho sobresalientemente.

Cuando has sido tan malo como Darth Vader, tan duro como Harry el Sucio, tan frío como Terminator, tan humano como el Replicante, tan real como el Rey León, tan listo como James Bond.

Cuando de tu boca has salido frases que han marcado a generaciones.

Luke, yo soy tu padre.
He visto cosas que vosotros no creeríais.
Me llamo Bond, James Bond.
Simba, un día todo esto será tuyo.
Sayonara Baby.

Cuando la gente se entristece porque ya no estás. Y, porque ya no estás, la gente se alegra al recordar la cantidad de veces que fue feliz gracias a ti.

Cuando pasa esto, has tenido una vida plena. Cuando echas de menos a alguien que se ha ido y que ni siquiera has conocido.

Creo que en eso consiste vivir: para dejar huella.

Y así supo ser Constantino Romero para ser recordado toda la vida

DEP


Una palabra cualquiera: Colores

Se trata de elegir una palabra al azar. Ponerla en google imágenes y tomar una de las que salga. 

Por ejemplo, COLORES 



Y, a continuación, poner una canción que contenga esa palabra en el título: "Colores en el viento" de la Banda Sonora de Pocahontas, la peli de Walt Disney


Vete, sin más



Cambiar la historia, sin más, es un concepto tan sencillo que de simple se convierte en imposible. Levántate un día y culmina aquello en lo que trabajas y vete a dormir sabiendo que has cambiado la historia. Hala.

B16 va y en un latín de los que se pondrá de moda, suelta que no puede, que no sigue. Zasca. Que, como ya anunció hace medio año, cualquier Papa si no está en plenas facultades – físicas, psíquicas o espirituales- no sólo puede sino que debe dejar su cargo. Y sale y en ese latín suelta su renuncia y pide perdón por sus defectos.

Y zasca otra vez. Sin más.

Me voy. Sin más.

Y, ya con la carnaza expuesta, salen los carroñeros de un color y de otro, altos, bajos, guapos, feos, ateos, creyentes, graciosos, actores, amantes, andantes y alguno que otro cura despistao… (pareciendo un poco a la canción de mecano), y todos dogmatizan y categorizan sus saberes y empiezan a decir la sarta de estupideces tan previsibles.

Me limité a valorar y a comentar lo que observaba desde la azotea de mi twitter. Solo quería ver quién estaba a la altura. Muchachos: la última vez que se dio una noticia así no existían la mayoría de cosas que tenemos hoy en día. Alguna duquesa e incluso alguna cupletista eran unas crías. Aunque parezca mentira.

Y tuvimos la retahíla de frases más o menos ingeniosas, rozando el ridículo y el patetismo, de una panda de pseudo progres en lucha con otra panda de pseudo integristas que daba miedito. Por lo uno y por lo otro. Es más: lo del integrismo es esperable. Pero lo de la progresía hablando hasta la saciedad de la Iglesia, del Papa, hablando de modernidad, hablando, hablando, hablando…  me ha hecho dudar de muchas cosas. Entre ellas de si esto es una excelente campaña de la Iglesia para conseguir ser trendging topic mundial, pero no virtual sino real.

Cinco días después, 150.000 personas – repito 150.000 – estaban en la Plaza San Pedro y en la Via della Conciliazone con pancartas, mensajes y lágrimas de apoyo y agradecimiento a B16. Que yo sepa, no hay líder en el mundo que tenga este efecto emocional tan inmediato e impactante, McCartney a parte.

En una semana, B16 ha conseguido dar un golpe de mando, demostrar que el hombre es hombre y que la cruz es muy pesada para llevarla mientras quien te ayuda, además, te pone zancadilla. El problema no es la progresía sino el integrismo corrompido.

Yo a B16 le doy las gracias por luchar con fuerza contra la pederastia, contra temas como  el de Maciel y contra todo aquello que aleje a la Iglesia de la genial idea de Jesucristo. Quien todavía siga pensando que no ha habido lucha contra estos temas le pido, sinceramente, que siga tocando su bandurria. Pero que sepa que esto es un concierto de un piano solo.

Y a B16 también, cómo no, le echo en cara que esto no se nos hace: no estamos acostumbrados a recibir lo que se espera, no estamos acostumbrados a ver que la honestidad y la integridad se esgriman sin aspavientos. No puedo admitir que algo tan viejo, tan inamovible…sea moderno por un día, sea atractivo y admirable. No me hagas eso Benedicto. Que ahora que estamos todos tan tranquilos con nuestros temillas nos tendremos que tragar un mes de Iglesia, Vaticano, y Papas hasta en la sopa.

Y, a este paso, puede que adquiramos cultura, nos apasionemos con la historia o incluso, haya algún inconsciente que se convierta y crezcan las vocaciones. Y eso no se nos hace.

Vete, sin más. Y yo, mientras, voy a medir la cantidad de honestidad que hay que tener para poder llegar a la estratosfera en la que ya estás situado.
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